Carl Rogers, es uno de los representantes más importantes de la psicología
humanista y fue el creador del Enfoque Centrado en la Persona (ECP), el
que representa un constructo importante dentro de la tercera fuerza de la
psicología. Éste surge como un enfoque psicoterapéutico cuya sistematización en
los inicios de la década de los cuarenta, dio paso a diversas investigaciones
que lo conforman en una sólida propuesta, la que se enraíza en la propia
experiencia de vida de su autor.
Rogers partía de una visión de ser humano un
tanto revolucionaria frente a un escenario liderado por perspectivas psicoanalíticas
y conductistas que en aquellas épocas parecían irrefutables. Sus años de
estudio y su profundo interés por llegar más allá en sus investigaciones le
permitieron establecer una mirada del proceso terapéutico que abarcó no sólo el
campo clínico, llegando inclusive a escenarios pedagógicos, comunitarios,
organizacionales, entre otros.
El Enfoque Centrado en la Persona propone que
existen tres condiciones básicas para la facilitación del crecimiento
individual, estas son: la empatía, la actitud positiva incondicional y la
congruencia.
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